Era una noche fría y tranquila, el viento mecía las hojas del patio que tanto cuidaba su padre. Akari estaba decidido, pronto cumpliría los dieciséis años, edad a partir de la cual podría entrar a formar parte del grupo de samuráis más prestigioso de Japón: Los samuráis de la “Hoja Blanca”.
Poco a poco iré colgando algún párrafo más.
Estaré pendiente para no perderme ningún párrafo porque esta historia promete.
ResponderEliminarSaludos.
Alfonso